Fuiste mi verano - Neïra

Sinopsis

La vida de Daniela ha dado un giro completo en los últimos meses, un cambio radical al que, inevitablemente, tiene que adaptarse. Si echa la vista atrás, todo es diferente. Martín y Nievesya forman parte de su pasado, un pasado que siente muy lejano. Pero no solo ellos han desaparecido de su vida, sino que Luca, el mismo chico que fue para ella una balsa a la que aferrarse con fuerza para no ahogarse, también lo ha hecho y Daniela se ve obligada a aprender a caminar sola. 
Lo que pasa es que, en ocasiones, el azar hace de las suyas y se inmiscuye en ese camino, haciendo que nos crucemos con personas que creímos que nunca regresarían. Y todo vuelve. Y de repente el camino es más pedregoso de lo que parecía. Y caerse es demasiado fácil. 
Daniela se enfrenta al presente con más cargas que nunca, con sentimientos que se le anudan en el estómago y que se esfuerza por esconder, con un pasado convertido en cicatriz, pero, pese a todo ello, con unas inmensas ganas de vivir, ser más ella misma que nunca y conseguir todo aquello que cree merecer



Mi opinión

Recién termino de leer este libro. Tardé varios días en leerlo por falta de tiempo y también porque no quería leerlo sin prestar atención o a la noche cuando no aguantaba más con los ojos abiertos. No merecía eso, sino toda mi atención. Y valió tanto la pena que aún espero saber más de los personajes,  más de Marina y Damián. Más de todo.
Creo que es el primer libro que encuentro tanto crecimiento personal y maduración de los personajes. Realmente no eliminaría ni un sólo punto de todo el relato, cosa que quizás si haría en otros casos. Pero con Daniela y Luca no. Pasaron por tanto, el tiempo transcurrido entre el inicio y final es tanto que llevaba a desesperarme, en el sentido bueno. Quería que dejarán sus inseguridades de lado e hicieran caso a lo que sentían y se dejarán llevar de una vez!!! … Hasta que llegue al final y entendí que todo había merecido la pena. Que así debería haber sido, sino nunca hubieran llegado a ese final.
Esto demuestra que a veces hay que darse tiempo a uno mismo, ser egoísta y pensar en la propia felicidad ya que es la única forma de hacer felices a los demás. Así como también debemos aprender a perdonar,  errores propios y ajenos. No dejar heridas abiertas porque nunca podremos avanzar de manera adecuada en nuestras vidas.
Quizás poner tiempo y espacio es la solución, aunque en ese momento duela y parezca que así nada podrá ponerse en su sitio. Es la forma de curarnos por dentro y sólo así poder mirar hacia el futuro de manera clara.
Es tanto el aprendizaje que deja, que le pondría mil estrellas si es posible!! Gracias Neira una vez más.

Resumiendo,  léanlo. Si no leyeron aún  Fuimos un invierno YA! Busquen el suyo y entren en esta hermosa historia


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